Cuenta la leyenda, que a principios del siglo IX en un bosque llamado Libredón, una estrella guió a un hombre llamado Paio hasta el lugar donde en el siglo I se habían enterrado los restos del Apóstol Santiago el Mayor, que habían sido trasladados desde Jerusalem tras su martirio en una barca de piedra. Poco tiempo después del descubrimiento de la Tumba, la sede episcopal asentada en Iria (Padrón) se trasladó a Compostela. El hallazgo del Sepulcro fue la base sobre la que se cimentó la ciudad.
Durante el siglo X la villa comienza
a consolidarse como un emergente centro demográfico, administrativo y
de intercambio. En los siglos posteriores, XI y XII, se produce un
importante desarrollo urbanístico, y en el año 1075 el obispo Diego
Peláez dio comienzo a la construcción de la catedral románica. En este
período, gracias a su carácter de santuario de peregrinaciones, la villa consolida su expansión y su
dominio.
Desde estos siglos hasta finales del XVIII la ciudad-santuario
fue escogida como lugar de residencia de la nobleza y de las
principales órdenes religiosas, además de convertirse, con Roma y
Jerusalén, en el centro de peregrinación más importante de occidente.
A principios del siglo XVI se crea la
Universidad de Santiago, patrocinada por el fuerte poder eclesiástico.
En el siglo XVIII la actividad económica
inicia un traslado progresivo hacia el litoral atlántico, de manera que
las villas del interior van perdiendo el control de esta vigorosa fuente
de ingresos. Desde esta época hasta el siglo XX las actividades
más importantes de Santiago son la universitaria, la religiosa y la
sanitaria.
A partir de los años 60, gracias al
incremento considerable de la población estudiantil y la creación del
Hospital General de Galicia, la ciudad comienza a recuperar su antigua
prosperidad. Años más tarde se convierte en capital política y
administrativa de la Comunidad Autonómica de Galicia. Compostela se consolida como centro cultural de Galicia
y símbolo de la unidad para todos sus habitantes. En el ámbito
urbanístico además de cuidar su fascinante zona vieja, la ciudad ya
cuenta con una infraestructura y arquitectura propias de cualquier
capital europea. Las modernas construcciones (Auditorio, Centro Gallego de Arte Contemporáneo, Palacio de Congresos, teatros...) y muy especialmente la Cidade da Cultura han sido ideados para asimilar la cultura del nuevo milenio.
En 1985 la ciudad vieja de Santiago fue elegida Lugar Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Con sus edificios románicos, góticos y barrocos, la
ciudad vieja de Santiago es una de las más hermosas zonas urbanas del
mundo. Los monumentos
más antiguos se agrupan alrededor de la tumba de Santiago y la
catedral, que contiene el notable Pórtico de la Gloria considerado la
obra culminante de la escultura románica".
En el año 1993 el propio Camino de Santiago fue distinguido también por la Unesco con el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad.