La repuesta a esta pregunta varía en función de la época del año en la que realicemos el viaje y el peso que estemos dispuestos a llevar con nosotros. De todas formas, esta es una lista de la equipación a llevar en cualquier circunstancia:
- Botas: Obviamente son un elemento fundamental, dado que durante el viaje deberemos caminar durante largas jornadas. Las más adecuadas son las de caña alta para proteger el tobillo. Además deben ser impermeables, ya que aunque sea verano siempre puede sorprendernos la lluvia. Es importante que sean cómodas para prevenir lesiones.
- Mochila: Debe tener entre 35 y 50 litros de capacidad. Debe ser anatómica y de altura regulable para adaptarla mejor a la espalda.
- Ropa: Debe ser cómoda y ligera, apta para caminar. En épocas de calor, las camisetas térmicas de verano son mejor que las clásicas camisetas de algodón, pues son muy ligeras, transpirables y no retienen la humedad. En invierno es necesario llevar ropa de abrigo, y en verano no debemos olvidar llevar un polar delgado.
- Saco de dormir: En verano con uno de +15 (grados de confort) es suficiente. Algunos sólo pesan 700 gramos. Para otras épocas del año necesitaremos uno de +10 o +5, que no supere el kilo de peso.
- Bordón: Es, junto con la vieira, el elemento simbólico más significativo vinculado al hecho de la peregrinación. Además, es muy útil tanto para acompañar el paso como para tener un punto más de apoyo en las bajadas.
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